sábado, 15 de noviembre de 2008

9. A BRILLAR, MI AMOR


Le dije al Negro que teníamos que irnos al café. “Nos va a llamar Franco” prometí, con más esperanza que certeza. Recién ahí mi amigo desistió de golpear a alguien y me enfiló hacia lo de Adalberto. Hay que decir que sus modales para abrirse paso entre la caterva no fueron de los más elegante, pero sí efectivos; llegamos bastante rápido. La multitud ya ocupaba completamente la vereda del café.

-Los vi en la televisión… – dijo Adalberto, mientras nos daba nuestros celulares, mi cuaderno y la lapicera plateada que llevo conmigo hace años -¿le pegaron a alguno de esos boludos?

El Negro negó con la cabeza. No había en los teléfonos ninguna llamada de Franco registrada.

De pronto, como si las hubieran metido a patadas, entraron tres chicas al local, acomodándose la ropa levemente corrida (la pelirroja -vestida como para la elección de la reina del mar- se peinó mirando su reflejo en el vidrio). Eligieron una mesa al lado de la nuestra y le pidieron a Adalberto dos lágrimas y un agua mineral sin gas.

Afuera, el descontrol de gente me recordó la salida del estadio mundialista después de un partido de Alvarado. Adentro, noté algo extraño en la situación, algo que no encajó en mi recorrido visual. Y no me refiero a Franco, que seguía en la pantalla: se lo veía quieto, mirando su teléfono celular. Tampoco a Adalberto, que preparaba en la barra el triple pedido reciente. Ni en las mujeres de la mesa de al lado, que hablaban con voz bastante alta, sin dejar de mirar el televisor.

Volví a recorrer el local con la vista, acompañando con los hombros y la cabeza el giro hasta terminar en el Negro. Eso era lo que no me cerraba: el Negro estaba de espaldas al trío de vecinas, mirándome fijo. Exactamente lo contrario a lo que hace cuando hay mujeres cerca. Pero ahora me apuntaba con los ojos y movía las cejas con exageración. Iba a preguntarle qué le pasaba cuando oímos:

-Me dijo que la esperara acá, así que no pienso ir a buscarla. Está lleno de babosos alzados- le habló enojada la pelirroja a la morocha más petiza. Le faltó separar en sílabas las últimas cinco palabras y hubiera sido un reto como los de mi mamá cuando era chico.

- Y vos te vestís así, también… - fusiló la otra morocha, hasta ahí la más callada.

Aprovechando que Adalberto se acercó con el pedido en la bandeja, el Negro tomó mi la lapicera y el cuaderno y anotó “¿Viste quién es esta mina?”

-¿Cuál? -pregunté en voz baja, porque realmente no conocía a ninguna de las tres. La letra del Negro es como la de un médico, por eso tardé en entender que era “Carlita, la colorada que salió con Franco, la de la playa” y subrayado se leía “¡la loca!”.

Ahí recordé quién era, pese a no haberla visto nunca antes. Carla salió con Franco una quincena durante el último verano. Se conocieron en el balneario de Punta Mogotes, en donde ella pasaba los días con la familia y él hacía el servicio de carpas sirviendo comidas, postres y tragos. El romance había arrancado bastante bien, con encuentros furtivos en los vestuarios y entre las carpas vacías. El Negro la conoció la vez que fue a aburrirse a la playa, una tarde nublada y Franco le pidió que lo cubriera un rato. Por eso ahora le daba la espalda.

Aquel noviazgo terminó, según el Negro, porque luego de “la primera revolcada medianamente importante” la chica presentó a Franco como su novio, futuro marido y padre de sus hijos, en el momento en que mi amigo le servía al padre de ella el tercer whisky con hielo. Esa fue la última vez que Franco la vio.

Todos giramos la cabeza hacia el frente al oír golpes en la vidriera. Hubo empujones acompañados de insultos, escupidas y una trompada de antología que recibió un petizo con la camiseta de San Lorenzo. Finalmente ingresaron al café dos camarógrafos y Rocío, la periodista del canal de cable que acababa de hacer la nota de los emos y floggers.

-Ahí llegó… hola, yo soy Carla – dijo la pelirroja, levantando la mano.

Las cámaras enfocaron hacia las tres chicas, mientras nosotros nos corríamos hacia la barra.

-Seguimos en directo desde Mar del Plata y ahora vamos a hablar en exclusiva con la novia de Franco, que gentilmente nos está esperando acá. Reiteramos: único medio que pudo acceder al testimonio de Carla.

-La culpa es mía…
– arrancó la colorada, sin ponerse homónima- …Yo fui la novia de Franco hasta el verano pasado. Sé que se quiere matar por mí. Me siento muy culpable. Lo veo tan mal… creo que estoy dispuesta a darle otra oportunidad…

-¿Qué decís, estúpida? es al revés la historia…
– gritó el Negro - …él te colgó la galleta porque sos in-so-por-ta-ble. Andá nena, mové, acá no soples que no hay velitas.

Las cámaras nos enfocaron. Adalberto, el Negro y yo estábamos de pie, detrás de la barra. Carla le dijo a la periodista que el Negro era amigo de Franco. Rocío se acercó hasta nosotros. En ese momento en mi celular empezó a reproducir con el volumen al máximo la canción “La bestia pop”.

Con el Negro nos miramos inmediatamente: era el tema de Franco. Salimos corriendo hacia el baño y Adalberto cerró el paso a los demás.

Las manos me transpiraban cuando atendí y puse el altavoz:

-¿Por qué tardaste tanto en contestar? – fue lo primero que dijo Franco...

15 Murieron un poco menos:

Irene dijo...

fELIZ DIA DE LA PRIMAVERA, AMIGO AON!!

BESOS MUCHOS!

Consol dijo...

No Carla, te dejó. Y te dejó por insoportable, así que ve mudándote de lugar que aquí no pintas nada. Claro que tampoco pintan nada los periodistas, ni los mirones...

Y, claro, se tarda en contestarle a Franco. Hasta sus amigos tardan en contestarle.

Saludos Martín.

El Gaucho Santillán dijo...

Pero capaz que la colorada estaba juerte!!!

(voto por "ballotage" entre Franco y la mina èsa!!)

Saludos

Vivius dijo...

Martín, me he reído con este capítulo, por fín el Negro por lo menos pudo descargar un poco de furia!
Y cómo se cuelgan todos de Franco, es patético.
Que tenga un Feliz Domingo!

Enigma dijo...

Bien Martín, se va poniendo interesante!
Seguramente Franco tiene algo más verdadero para decir que la colorada.
Feliz día de la primavera y Feliz día del estudiante (a los que estudian)
Besos.

Martín Aon dijo...

Feliz día de la primavera para vos, AMIGA IRENE.

SIBERIA: habría que sacarlos a todos a patadas. No estamos como para andar perdiendo el tiempo.

GAUCHO: por más buena que esté creo que es una tarada importante.
Si fuera muda vaya y pase.

VIVI: falta que aparezca el gerente de un banco diciendo que le negó un crédito y por eso Franco se quiere matar...
Buen domingo para vos y mejor lunes (si se puede).

ENIGMA: cualquiera tiene algo mejor que decir que la pelirroja, sin dudas.
Que tengas la mejor primavera de tu vida.
Un beso.

Vivius dijo...

Estimado Aon, me desconcertó!
Como bien dijo mi amiga eMe, tu tu, ahora se lo puede tutear????

Martín Aon dijo...

Ahora empecé a tutear porque Salem me lo desaconsejó.
Asi que Vivi, podés (puede) tratarme de vos (usted) si querés (quiere).

Vivius dijo...

Martín, excelente! Salem me parece, no se lo diga a él, pero es el típico "Haz lo que yo digo pero no lo que yo hago"!!!
Un cariño Alejo!

Anita la bibliotecaria dijo...

Nooooooooooo, si pudiera subir la expresion de mi rostro!!!!!!!!11
Estoy estupefaaaacta!!!!

AAAAAAAAAAAAAAAHHHHHHHHHHHHHHHHHH.............FRANCO LLAMÓ!!!


Que YEGUA esa CARLA ( bah! como todas las mujeres.jeejjejejeje)

MArtin,Martin, MArtin ( igual q mi hermano) me esta mataaaaaaaaaaaando ud con este relato q cada entrega, me devora masssssssss.

FElicitaciones, UD ES UN CAPO!!!

Martín Aon dijo...

VIVIUSKA: fue Salem, justamente, el que me enseñó la frase: "remedios vendo pero para mi no tengo". La usa como justificación en todo momento.

ANITA: me causa mucha gracia ver cómo seguís la historia, cual culebrón de la tarde.
Te lo agradezco.

Anita la bibliotecaria dijo...

Pero Martín....no me gusta las novelas mexicanas/venezolanas, son todas iguales ( hubo un tiempo hace muuuuuchos años atras q miraba una q otra novela, pero ya no.)
No se comparan en naaaaaada, los culebrones con el excelente relato q nos entregas, con muchos condimentos, suspenso, humor, tensión, intrigas, tiene toooooooodo!!!

ADALBERTO dijo...

Martín estuve todo el fin de semana de cumpleaños de hijas y nietas, así que no pude comentar, pero ahora lo hago por lo dos juntos, y me parece que se acerca la definición. Esperemos que esta mina no haga que se tire Franco!!!
Un abrazo. Adal.

Enigma dijo...

Yo no creo que Franco se vaya a tirar por esta loca, después de que la dejó por haberlo presentado como futuro marido a sólo 2 semanas de conocerse.
Bah, aunque los hombres también tienen muchas veces eso de "hoy te amo, mañana te dejo" y después "si no volvés conmigo me mato!"
Acá van mis flores de primavera para compartir con los que visitan este sitio. Es que el sol de este último par de días me levantó el ánimo!!

gonza dijo...

Sube la tensión hasta la cornisa con ese Franco llamador, buenísimo todo. La colorada que no se pone homónima es genial. Aguanten los redondosssssssss !!!

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