jueves, 6 de noviembre de 2008

15. LA DESHONRA DE LOS BORGES


Igual que un gigante que se despereza lentamente, la grúa iba subiendo a Rocío. Camarógrafos de todos los medios seguían la escena desde distintas ubicaciones. El silencio de la mayoría de la gente acompañaba el ascenso y, copiando el saludo de un pelotón del ejército -con la periodista izada como el pabellón nacional- todos levantaban sus brazos apuntando con sus celulares hacia arriba. La imagen me impactó.

Desde las ventanas cercanas a las que pasaba Rocío en su trepada mecánica, salían a saludarla. En el tercer piso un nene tiró papelitos picados y el papá agitó un banderín de argentina. En el quinto, una mujer tomaba fotos. A la altura en la que estaba colocada la bandera de publicidad de una inmobiliaria, la grúa se detuvo con brusquedad, previa sacudida de la plataforma, acompañada por un murmullo general.

Instintivamente corrí hacia la calle para ver qué ocurría con la máquina. Llegué a escuchar al tipo que la manejaba; le decirle a otro: “tengo que dejarla unos segundo ahí, así sale en primer plano la publicidad de la inmobiliaria; se pusieron como dios manda”. Y acto seguido, la grúa retomó la subida.

Al girar para volver a la vereda en donde estaba Ramona, pisé a alguien. “Perdón”, dije y vi que la víctima del pisotón era la chica de la radio, que me había seguido.

-Vas a tener que darme la nota para que te perdone – me extorsionó .

-No.

Seguí caminando con ella al lado mío (grabador en mano). En el cordón de la vereda me tomó del brazo para detenerme.

-Por favor… pará, necesito que me digas algo, no puedo volver a la radio sin nada, no seas malo…

Interrumpió la frase Fernando, que desde el costado que da a la peatonal gritó:

-No te puedo dejar solo, eh. Ya te levantaste una minita.

La chica giró para insultarlo pero se detuvo al ver que el imbécil estaba envuelto en un uniforme policial. Venía cargando todo lo que necesitábamos.

-Ayudame, che, que me largaron solo con todo esto. El noviecito de mi prima se hizo el boludo y dijo que tenía que laburar. Te las vas a tener que arreglar como puedas.

-¿Como te llamás, muñeca?
– se hizo el galán de juguetería.

-Me llamo Karina ¿Vos lo conocés a Franco? – la chica era más viva que orgullosa.

-¿A Franquito?

-Si.

-No.

-Pero lo conocés a él –
me señaló-, que es amigo de Franco….

-¿Y esta quién es? Mirá nena, acá… – la vi venir- …las preguntas – vi venir la frase hecha, estiré mentalmente el brazo pero no la pude detener- …las hago yo. – chapoteó en la palangana de los lugares comunes. La cronista se sonrojó y pidió disculpas.

-Bueno, pará, arranquemos de nuevo. Me llamo Fernando Borges…

No. No. Podría haberse apellidado de tantas maneras… pero no. El desubicado estúpido tenía el privilegio de llevar ese apellido. Borges y yo, recordé. Y en lugar de pensar en el Maestro ciego, me vino a la mente mi amigo Juan Pablo Neyret , ilustre Maestro de cronistas.

-¿Esa vieja de ruleros es? - me cortó los pensamientos el energúmeno, la deshonra de los Borges, que señalaba a Ramona.

-Si. Sé más discreto – pedí.

-Dale, vamos que yo la encaro. ¿La chica viene con nosotros? – guiñó el ojo.

-Si, voy. Dame algo que te ayudo- se ofreció Karina - ¿todo esto para qué es?

Fernando iba a contestar, pero afortunadamente el aplauso de toda la gente lo distrajo. La grúa había completado la subida al máximo de sus posibilidades. Rocío estaba a ocho o diez metros de Franco. Podía verse cómo el viento sacudía la plataforma. Sonó el celular.

-Buenas noticias – me dijo el Negro.

-Si, la estoy viendo. Pero está un poco más lejos de lo que calculábamos.

-No, me refiero a lo de Ángel. Los policías no pueden terminar de abrir la puerta de la terraza porque se les quemó la máquina que trajeron para eso. La enchufaron sin transformador y fue. Ahora están trayendo otra. Ángel se cagó de risa mientras me lo contaba, así que no hizo falta que le pidiera nada. Dicen que les va a llevar como media hora. Si Rocío le tira el celular a Franco ahora vamos a tener tiempo para avisarle lo de la policía así se salva de la cagada a palos. ¿Vos le mandaste los cigarrillos?

-No.

-Uh, yo tampoco. ¿Esta chica fuma?

-No sé. Creo que no. ¿Tu prima fuma? -
le pregunté al policía.

-No. Y no toma alcohol tampoco. Es una amarga.

-Qué cagada.

-¿Dónde estás ahora, Negro?

-Sigo en el edificio. Si salgo no voy a poder volver a entrar, así que me quedo. No la veo a Rocío desde acá… ¿está muy lejos de Franco?

-Un poco. No sabés como se mueve la plataforma. Yo ya estaría vomitando.

-Vos porque sos un maricón que te desmayás por cualquier cosa –
se lo escuchaba al Negro de buen humor

-Pará –dije, sobresaltado- le está gritando algo a Franco. Hace señas. No sé qué le dice. Abre los brazos y vuelve a gritarle algo. Franco se acerca al borde, me parece que porque no la escucha.

-¿Qué hago, salgo?
–pregunta el Negro, con otro tono.

-No, quedate ahí a ver qué pasa. Yo te cuento lo que veo.

-¿Vos decís que no llega a escucharla?

-Para mí que no, se ve que hay mucho viento, el pelo de Rocío flamea muchísimo y no está cerca. Uh, la grúa se mueve. Empezó a hacer el ruido que hacía cuando subió.

-La van a bajar –
asegura Fernando

-Si, creo que la van a bajar porque es peligroso. Ella sigue haciendo gestos y gritándole a Franco. Abre los brazos y después le vuelve a gritar. Ahí se mueve la plataforma. Si, la van a bajar.

-¿Y el teléfono? – pregunta el Negro, justo en el momento en el que Rocío estira el brazo hacia atrás, gira para tomar impulso y lo arroja hacia Franco, que también estira su brazo. El viento y la distancia se divorcian de la buena suerte, y el teléfono pega contra el frente del edificio y cae, paralelo a la fachada y a nuestras esperanzas.






12 Murieron un poco menos:

El Gaucho Santillán dijo...

Bueno, yo pensè que le daba en la cabeza!!!

(viene bien)

gonza dijo...

Yo pensé que lo agarraba con los dientes !!!

Martín Aon dijo...

Yo no pensé.

Vivius dijo...

Bueno, yo pensé que lo agarraba...

Irene dijo...

Me fascino la frase "el viento y la distancia se divorcian de la buena suerte.."...

Q bueno se esta poniendo esto!!!

Enigma dijo...

A mí me gustó la misma frase que a Irene, y también lo de "galán de juguetería".
Fuera de eso, yo no pienso.

Comando Mocho dijo...

Buéh...

Alguien tiene que decirlo:
Menos mal que Borges tuvo la precaución de morirse. Es inimaginable lo que le hubiera producido escritor como Aon.


Aon: ¿por qué en pasado? En tu caso, el verbo ni siquiera se puede aplicar.


Comando Mocho
Las cosas como son.

Irene dijo...

Y bueh...siempre tiene q aparecer algun subnormalito en los blogs..

Q pena!

Consol dijo...

Me da rabia que se rompiera el móvil, me da rabia que no se acordaran de los cigarrillos y que haga tanto viento...Y me da rabia pero sé que la vida es así. El día en que el hado de la mala suerte se te acerca, por algún motivo no se quiere marchar y te da bofetada tras bofetada hasta que al final o bien lloras o bien, si eres como La Xiqueta, exclamas "La vida es una mierda"

En cuanto al tal Borges: ¡Manda huevos! -frase famosa en España por decirla el presidente de la cámara de los diputados cuando creía que los micrófonos estaban cerrados-

Esperaré con impaciencia la continuación. No haga casa al Comando Mocho. Usted escribe como ya quisieran ellos que no le llegan a usted ni a la suela de los zapatos.

Un abrazo amigo.

Anita la bibliotecaria dijo...

Que cagada che!!! no habia calculado lo del viento... q lo parió.
Bueh! pero algo habra escuchado Franco,no??? sabrá leer los labios Franquito? o quedó flasheado con Rocio???

Nooo, el energumendo de Fernando no podia apellidarse Borges, quizas es de los Borges sin neuronas,no? como la Graciela Borges.

Aaaayysssss MArtin, MArtin, Martin.....esto me va a dar una ulcera, de los nerrrrrvios.

Ya me hice mi propia pelicula, espero q termine como me la imagino...peeeeero, nunca terminan como yo quiero....ufffa

ADALBERTO dijo...

Aguante Franco!!! Se rompió el celular, pero Borges no puede fallar y va a llegar.

Un abrazo. Adal.

Martín Aon dijo...

CONTINÚA SUSPENDIDO EL USO DEL USTED EN MIS RESPUESTAS
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Gaucho, Gonzalo, Viviuska: gracias por pensar. No es poca cosa.

Irene: si te gusta la frase, llevala nomás.

Enigma: a mí me consta que vos pensás… y también qué pensás.

Comando Mocho: la última vez que me reuní con Salem hablamos del tema de recontratarlos.
Pero nos dimos cuenta que iba a ser en vano.
Para qué pagar si podemos conseguir mediocridad gratis.

Siberia: que no te de tanta rabia; queda feo expulsar espuma por la boca mientras conversás.
Con respecto al Comando… tengo que confesar que me gusta cuando aparecen.

Anita: marche un té de tilo para vos. Me han dicho de todo sobre mis textos... pero nunca hasta ahora que producían úlceras.
¿Querés saber cómo termina la historia? Eso sucederá en breve.

Adalberto: ¡Aguante Adalberto! Gracias por estar.

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