martes, 18 de noviembre de 2008

6. TIRATE POR FAVOR


La cobertura en directo a nivel nacional estaba en marcha. Todos los canales trasmitían lo de Franco. Con el Negro dejamos de ver el mensaje en el celular, que tratábamos de desmenuzar una y otra vez, para mirar el móvil en directo. La periodista de nombre Rocío (joven y hermosa) con una hoja de papel en la mano, decía:

-“Seguimos en directo para todo el país desde la ciudad de Mar del Plata. Para que la gente se ubique, estamos en la Peatonal San Martín, a dos cuadras de la costanera…”

-La costa, piba, acá es la costa. En Buenos Aires se dice costanera… – se quejó Adalberto de pronto - …estos no saben un carajo.

“…y por lo que pudimos averiguar hasta ahora, quien está ahí arriba es un joven de 28 años llamado Franco. No sabemos el apellido. Se lo puede ver sentado en el borde del edificio, con los pies en el aire. Tiene manchas de sangre en la remera y el rostro, no sabemos la gravedad de las heridas pero suponemos que se las hizo él…”

Las imágenes y el relato en tono de tragedia eran acompañados por música de suspenso.

“… Se puede ver que el joven está con un teléfono celular en la mano. Estamos tratando de conseguir el número para poder comunicarnos, para tratar de persuadirlo. Aparentemente este muchacho viviría en ese edificio, por lo que la policía está indagando a los vecinos y tratando de acceder a la terraza. Vamos a acercándonos a la entrada del edificio…

El camarógrafo trastabilló un poco antes de llegar a donde estaban un grupo de policías hablando con alguien.

“… Vemos a los oficiales hablando con un señor, parece que es personal del edificio… señor… señor un segundito por favor… estamos en directo ¿usted trabaja acá? ¿conoce a Franco?”
-Trabajo acá yo, si querida. Soy el encargado…


-¡Miralo a Ángel!
– dijo el Negro, y se puso de pie para acercarse al televisor.

-¿Sabe qué pasó, porqué se quiere quitar la vida? ¿No hay forma de llegar hasta ahí para bajarlo? ¿usted tiene el número de teléfono del joven?

- No sé nada, qué se yo… es un chico normal, educado, vive acá desde hace cuatro años más o menos, muy macanudo, muy respetuoso, vive en el departamento que le dejó la tía, una mujer bárbara, pobre, las pasó todas con esa enfermedad, la familia de él creo está en el extranjero, si viera lo que la cuidó este chico a la tía, siempre vino a verla, hasta el final, era el que más bolilla le daba, le miento si le digo algo malo…

- ¿Y esa enfermedad de la tía puede haberlo afectado a él? ¿se lo veía raro últimamente?

- No, el pibe está fenómeno, yo lo vi ayer y andaba como siempre, es un chico alegre, muy jodón como quien dice.

- Vemos que está ingresando personal policial ¿van a intentar bajarlo?

- No van a poder, yo recién vengo de ahí… lo que pasa es que está subido a lo que era el tanque de agua anterior, que no se usa más hace rato. Se conoce que subió por el lavadero pero hay que estar loco para ir por ahí. Acá se hizo otro tanque más abajo porque la municipalidad los obligó porque se iba a venir abajo ¿entiende? así que se cerró el paso ahí, se anularon las cañerías y se cambió al patio que está tres pisos más abajo, con la antena nueva, en la otra terracita que se ve allá. Para cerrar las puertas del lado de afuera hubo que levantar pared de concreto y ahí si cerrar la puerta y soldarla porque sino no lo habilitaban…
-Ángel tomo aire y concluyó: - …no van a poder subir

- Y menos esos dos gordos… – comentó Adalberto, aludiendo a la dupla de policías que aparecían en la imagen, ciertamente obesos.- …primero que le aflojen a la pizza de por vida.

-No van a poder… -retomó el encargado, entusiasmado con la cámara- …pero póngale que pasen, que tiren abajo las paredes y corten los metales, yo quiero saber cómo van a subir desde ahí hasta el tanque, si tienen como tres pisos para arriba. Antes ahí había una escalera de hierro amurada pero también se sacó y ahora no hay nada. Dígame cómo van a subir una escalera de como diez metros hasta ahí, eh…

-¿Y entonces cómo subió? –
pregunté en voz alta. La periodista preguntó lo mismo. Ángel respondió: “seguro que trepó por el lado de afuera, una cosa de locos, querida. Hay que estar mal del marote para hacer eso.”

En ese momento la cámara giró y, mientras la cronista agradeció al encargado por su “testimonio exclusivo”, en la pantalla podía verse como la imagen ahora se acercaba a la vereda de enfrente, en donde un grupo de ocho o diez chicos (y chicas) gritaban a Franco:

-Tirate, tirate por favor… saltá ahora…

-¿Y estos pelotudos? –preguntó el Negro, encarando hacia la puerta de salida del café- …los voy a cagar a trompadas ya.

18 Murieron un poco menos:

Alejo Salem dijo...

Está muy bien, Aon...
Realmente, me gusta.
No digo que el suspenso me quite el sueño, pero admito que la historia me tiene enganchado.
Si es por preferir, me gustaría que los pibes que gritan caguen a trompadas al narrador.
Si no se puede, bueno, no importa. Igual voy a seguir leyendo.




Saludos con los puños llenos de pochoclo.

Irene dijo...

Q cosa Martin...siempre es un lujo leerlo..siempre.

O simplemente pasar por aca y saber q ud esta ahi. Con eso, suficiente.

Besos gigantes. Su amiga Ire

Gaviota dijo...

Muy enriquecedor.....muy chulo post

Anita la bibliotecaria dijo...

Me encantó el bocadillo de "Adalberto", q ahi se dice costa y no costanera, me hace acordar a "nuestro" Adalberto Remo....ah! y tambien cuando dijo, q le alfojen a la pizza de por vida a los canas..ajjajajajaj.......moooorrrrrtal!!!

Martín, preguntale al Negro si no necesita ayuda para cagar a trompadas al grupete de chicos/as...no tengo drama, me tomo un bondi YA y lo ayudo a repartir "correctivos"

PD: Un placer leerte Martín.

Martín Aon dijo...

SALEM, vi que inauguró una sección en su blog dedicada a la prosa.
La agregué en los enlaces, si, pero debo preguntar algo: ¿es necesario seguir torturando a sus lectores?

IRENE, hace algunos capítulos que no la veía por acá.
Qué gusto que haya vuelto. Esto no es lo mismo sin usted.

GAVIOTA cuánto tiempo pasó desde la última vez que dije "Chulo".
Tuve un perro que lo llamé así. Un cachorrito hermoso, peludo y, sobre todo, fugaz. Me duró un mes y medio (siempre sospeché que Salem lo había envenenado).
Gracias por su visita.
Saludos.

ANITA, la anoto entonces en la lista de los ofrecidos para surtir.
Ahora cada vez que lo leo en la historia, me lo imagino así a Don Adalbero Remo.
Todo lo contrario a lo que le pasa a los lectores de Salem, que no sospechan su pasado de mataperros.
Un beso grande y muchas gracias por seguir paso a paso este blog.

Consol dijo...

Admito que yo también estoy enganchada. Y cada vez que acabo, ala, sé que tengo que esperar las cuarenta y ocho horitas. Vale, vale, no me quejo más. :)

Además, mira por dónde me viene bien que no escriba pues van a cortar la luz en el edificio. JA. Qué suerte tengo.

Un abrazo

El Gaucho Santillán dijo...

Està bueno. Tiene paracaìdas, el coso èste?

Saludos

Martín Aon dijo...

No lo sé, Gaucho. Yo hubiera llevado un parapente.

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Ahora uso este espacio porque quiero decir que hoy llegó (desde España) a mi domicilio el libro de poesía de SIBERIA: Y después vendrá el alba, que tan gentilmente me enviara la autora con una dedicatoria muy afectuosa.
MUCHAS GRACIAS, QUERIDA SIBERIA.
Hoy mismo lo leo y después le escribo.
Un beso grande para usted.

ADALBERTO dijo...

Martín, es cierto, vemos por todos lados, esos policías gordos que no se sabe cómo van a hacer para correr a un chorro!
Un abrazo. Adal.

Anita la bibliotecaria dijo...

Adal...viste q tu tocayo de la historia de MArtin es igualiiiiiito a vos???

Martín: creo q deberias decir, como lo hacen en las novelas, q cualquier parecido con la realidad es pura coincidencia....jajajaja...si es Adalberto Remo, Adalberto



Besotes y sigo al pie del cañon en el blog.... en realidad estoy en la vereda de enfrente repartiendo correctivos

gonza dijo...

De los problemas que he tenido con el servicio de Fibertel; el único punto positivo que encontré (al recuperar la capacidad de cybernavegación), es poder leer los últimos capitulos todos juntos !!!
Muy buenossssssssssss.

Vivius dijo...

Cuántas conjeturas se tejen mirando desde abajo... o desde arriba.
Cuántos cabos sueltos buscamos atar en pos de palabras ajenas sin conocer realmente al protagonista...
En conclusión, a los pendejos que gritan hay que sacarlos a patadas en el traste!

Consol dijo...

Vaya, me siento halagada, pero completamente sonrojada. No le hagan caso a este Aon, yo sólo le mandé una cssita de nada. Es un exagerado. Pero, será tonto, me ha hecho llorar de la emoción. Mira que ponerlo en el blog...

Un beso para usted querido Aon y un beso para todos sus comentaristas.

Martín Aon dijo...

ADALBERTO, usted lo ha dicho (acá y en el café).
Un abrazo.

ANITA:

LOS HECHOS AQUÍ NARRADOS FORMAN PARTE DE LA FICCIÓN. CUALQUIER SEMEJANZA CON LA REALIDAD ES UNA LAMENTABLE COINCIDENCIA.

GONZALO creo que la gente de Fibertel en verdad le estaba haciendo un favor.
Saludos para usted, que es un CAPO.

VIVUSKA, a esos chicos y también al resto de los que están ahí yo les convidaría con una importante cantidad de patadas (como Anita, que ya se cruzó a repartir).

SIBERIA el halago fue para mí, que recibí el libro con la dedicatoria de la autora.
Definitivamente el agradecido soy yo.
Un beso.

Mori Ponsowy dijo...

Me gusta el grupo de chicos de la vereda de enfrente. Muy actual en su crueldad.

Martín Aon dijo...

Gracias MORI por venir y comentar.
Saludos.

Enigma dijo...

Espero que no sea lo que estoy pensando...
Veremos esta noche, y sabremos a quiénes fajar.
Me despido al borde del estallido violento.

Martín Aon dijo...

Por la dudas, ENIGMA, no arranque a repartir por este lado.

Si quiere le paso una lista, así tiene por donde empezar a fajar a voluntad.

Un beso (con casco).

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