Mentir, lo que se dice mentir, se miente en todas partes. Pero en Mar del Plata hay ejemplares de esos a los que si les crece la nariz por cada mentira, el día que se resfríen tendremos que aprender a navegar veredas, barrenar esquinas y anclar en los umbrales.
Y no me refiero a la clase política y su clase de políticas -lugar harto común a la hora de citar farsantes-.
Estoy aludiendo a otra estirpe -acaso un poco más agradable- de mentirosos que ejercen su don en la ciudad.
En los últimos tiempos he tenido la oportunidad de conocer a algunos de ellos, en ocasiones en las que para justificar mi desinterés por el trabajo llevaba un grabador conmigo.
jueves, 31 de julio de 2008
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1 Murieron un poco menos:
No estarás hablando de mí eh?
Porque es que yo soy urbana y soy un poco mentirosa, xd
Pero solo un poco, lo justo para andar por casa.
Besos